Cambiar en el momento idóneo
¿Habéis visto a esos conductores que parece que llevaran una transmisión de únicamente cuatro o tres velocidades? En las épocas de los cambios de 4 marchas resultaba desesperante ir de acompañante de alguien que sólo usaba tres de las cuatro marchas del coche, cuando el mismo coche pedÃa a gritos que le engranaran una velocidad más. O el caso inverso. Aquellos que saliendo de una esquina o un badén lo hacen en la misma velocidad en la que traÃan el coche, sin molestarse por reducir.
Ya sea por pereza, por cansancio, malas costumbres o porque el cambio manual pareciera que perdiera adeptos con el correr del tiempo, no todos los conductores lo operan correctamente. Algunos “estiran� las marchas más allá de lo normal, lo cual no es dañino para el coche si el motor no supera el régimen máximo, y otros “acortan� las marchas como si condujeran un camión de 18 velocidades.
Lo mejor y más técnico serÃa cambiar exactamente cuando el coche alcanza el valor de par máximo, un régimen que varÃa de acuerdo al coche y tipo de motor. Si en un motor pequeño de 1 litro de cilindrada le cambiamos a cuarta a 2000 RPM, posiblemente no reaccione igual que si lo hacemos a 4.000. Un diésel puede conducirse de manera que el motor vaya más descansado, porque normalmente tienen más de par que los coches de gasolina.
Si habéis visto las cifras que dan de la mayorÃa de los coches de potencia máxima y par máximo, habréis visto que a un lado del valor de par generalmente pone el número de vueltas a las que ha llegado el motor, para medir ese valor de fuerza. Algo asà como 400 Nm a 3000 RPM, por ejemplo. Cambiando en ese punto, se logrará la máxima aceleración posible consumiendo menos.
La manera en que cambiamos de velocidad repercutirá en tu consumo de combustible y en el desgaste de las piezas internas del motor. Si el tacómetro de tu coche marca correctamente el régimen, podrás fijarte en él las primeras veces a medida que aceleras (o si lo prefieres que un acompañante te avise cuando el coche llega al par máximo). A medida que te acostumbres ya no necesitarás alguien que te avise. Muchas veces reconocerás que el par motor ha llegado por el cambio de sonido del motor, incluso sin mirar el cuentarevoluciones. En algunos modelos este cambio es casi imperceptible, en otros más acusado. Como si el motor sonara más pleno.